Cuando paseamos por las calles de las grandes ciudades es imposible no ver la cantidad de graffitis que hay por todos los muros, puertas, persianas o fachadas incluso podemos encontrarlos en los vagones de metro o en autobuses.
Es cierto que algunos de ellos son verdaderas obras de arte, pero en muchas ocasiones no dejan de ser pintadas realizadas al amparo de la noche que afean las fachadas, y es que pese a que sea muy fácil comprar un spray no todo el mundo tiene la capacidad para el arte, de hecho algunos ni siquiera tienen la capacidad de disfrutarlo.
Y en estas llegó Banksy, un artista que ha sido capaz no solo de elevar el grafitti a la categoría de arte sino que además se ha dotado de una personalidad que fascina a mucha gente en medio mundo.
Banksy oculta su identidad real a la prensa general, la cual no ha parado de hacer elucubraciones sobre quién es, donde nació, etc. hasta el punto que han salido legiones de imitadores y no es extraño ver regularmente en la prensa grafittis atribuidos a Banksy que realmente no se sabe si han sido pintados por él o no.
Además Banksy nos muestra en sus creaciones visiones muy diferentes de las que muestran los grandes medios de comunicación y realiza sus obras en todo el mundo, lo cual ha fomentado el crecimiento de esos rumores alrededor de su persona.
En cualquier caso el trabajo de Banksy por si sólo ya merece la pena pero si a esto añadimos la peculiar personalidad que demuestra el artista lo dota de un interés mucho mayor. Siempre polémico le han calificado de vándalo, producto de marketing o gamberro, pero lo cierto es que ha continuado su carrera introduciéndose además en el mundo del cine con la película documental “Exit Through the Gift Shop” o publicando libros sobre su obra
La última noticia sobre sus andanzas ha saltado esta semana en Londres, donde aparecieron dos grafittis atribuidos a él. Uno apareció en el muro de un edificio abandonado situado en el barrio de Mayfair. En él podemos ver a una mujer lanzándose al vacio agarrada a un carrito de la compra. El otro se sitúa en el barrio de Canary Wharf al este de Londres y está compuesto por un enorme texto que dice “Lo sentimos, pero el estilo de vida que nos ha solicitado está agotado en este momento”
Te gustará o no pero lo cierto es que este artista no deja a nadie indiferente y sus mensajes son un directo a la mandíbula de la sociedad en que vivimos.
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